Final

Lucía Cánobra Pompei






Vengo del extraño ánimo reciente. Una flor que se marchita en el jarrón, una estampa rota, una sucia imagen de la virgen... No hay a quién rezar. No hay motivos de perdón, ni siquiera el débil avatar de una sonrisa. Resquebrajo pieles contra la inacción. Veo el túnel, epígramas, sin reconocer la encrucijada. El calor de las montañas ha desaparecido. La pureza de las cimas. La nieve... Todas las personas que me acompañaban. Ya no queda tiempo que perder...