
a j.d.
Sí,
también podríamos correr hacia la luz,
vencer el tiempo y recaer, una vez tras otra
en el afecto y vicio del amor.
Es como un letrero que señala el fin de los caminos,
un extraño punto fijo,
sin más sombra que su centro inexistente.
Otros hombres y mujeres han vencido,
mueren
o resisten hasta que el olvido los empuja
a la inmanencia.
Sí,
también podríamos correr,
sin tener idea dónde,
sin saber cómo ni por qué,
sólo el viento en tus mejillas,
nuestras manos juntas,
nuestra piel oscura...