
Inoculación lenta,
cándida y estrepitosa;
entre tus postes, luminarias,
mi follaje espeso te recibe,
ansiosa.
Estoy abierta en este campo abierto,
la vegetación polar me produce escalofríos
y el fragor revuelve
el lodo entre mis pábulos en sed.
Llanto,
me estremezco,
la plegaria de pasión que ya he inventado;
que bendice mi anual incrustación,
o por mi boca que, como un paréntesis,
se adosa al viento circular,
como una rosa inquieta
o congelada...
Fotografía: Flor Garduño