Cuando pienso en el inicio de las cosas...

Lucía Cánobra
















Miro hacia la poniente estrella decimotercera, entre paréntesis en actos de terrible entrega... Miro hacia los bordes inestables, la amistad, el amor, la existencia misma. Hurgo en el recuerdo de esa noche, cuando el patio renacía cada atardecer, al acorde Beck, canción demente y lúcida. El cariño inmenso de las aves, animales y personas, sobre el organismo vivo o muerto. Lágrimas y abrazos, el río está muy cerca. Miro hacia la cima del obsceno montañista alado, cruza el aire sin tener a quién. Las alas cuelgan de un remanso, frutan el maestro, cuidan de su sombra, graban señas posteriores, verdaderos jeroglifos, códigos que significan nada, huertas sin semilla, débiles lamentos... Traen piedras planas que depositan junto al horno incandescente. El oro funde al resto, y los ángeles recaen sobre mí, alzándome en vilos, hiper-dunas y olas sin romper. Cierro el aire frente a mis cabellos. Canto despacio. Rezo al fondo del océano y vuelo, ya sin velocidad, hacia el tiempo eterno de las cosas, hacia antes, hacia nada.